Las injusticias que he podido observar e incluso vivir desde pequeña y a lo largo de mi vida despertaron mi vocación por el derecho y, en concreto, por el mundo de la abogacía, lo que me hizo decidir desde que era una niña cuál sería mi camino profesional.

Recuerdo, cuando tenía unos 8 años, una conversación que escuché mientras iba en el coche, en la cual mis padres se preocupaban porque una compañía telefónica, a través de una empresa de recobros, les reclamaba una supuesta deuda de hacía bastantes años y de la que ni siquiera tenían conocimiento. Sin siquiera tener algún documento que acreditase dicha deuda, la abonaron. Años después, pude conocer que esa supuesta deuda, cuando la empresa de recobros la reclamó ya había prescrito.

Ayudar y asesorar jurídicamente a las personas ante los problemas legales que puedan tener siempre ha sido mi vocación, por eso estudié el Doble Grado en Derecho y Administración de Empresas, obteniendo una doble titulación, e interesándome con ello, no solo en el asesoramiento legal a particulares, sino también a empresas.

Tras finalizar mis estudios de Grado, y con el objetivo de ser Abogada, comencé a estudiar el Máster de Acceso a la Abogacía en Badajoz, el cual me brindó no solo formación teórica necesaria para el ejercicio de la profesión, sino también formación práctica y una gran experiencia en la Escuela Judicial del Consejo General del Poder Judicial de Barcelona, donde pude completar mi formación en el ámbito de la Abogacía.

Una vez superé el examen estatal del Ministerio de Justicia, me colegié como Abogada para emprender una de las labores que considero más bonitas y necesarias que existen.